¿Ha entrado tu mascota este verano en contacto con parásitos y ha contraído alguna grave enfermedad?

Aunque usted lo desconozca es posible que su perro haya estado expuesto a contraer enfermedades graves como la leishmaniosis, la anaplasmosis o la enfermedad del corazón, entre otras. Estas enfermedades son transmitidas a través de las picaduras de garrapatas o mosquitos y son infecciones que en una primera etapa no presentan síntomas, y ese es el momento ideal para comenzar su tratamiento y prevenir su desarrollo y males peores. Por este motivo es aconsejable acudir al veterinario en los últimos meses del año para que con un sencillo análisis de sangre poder conocer en qué estado de salud se encuentra la mascota.

Es importante tener en cuenta que las garrapatas están en parques, jardines, etcétera, y que a pesar de que se hayan usado productos antiparasitarios existe un riesgo de contagio, por lo que es muy recomendable al final de cada verano hacer un control a la mascota para descartar que haya existido algún contagio.

 

En nuestra Clínica ponemos en marcha una campaña de prevención y control de este tipo de enfermedades, durante los meses de noviembre, diciembre y enero. Una consulta que comprende una exploración clínica, analítica de sangre e información a los propietarios de cómo prevenir el contagio de este tipo de enfermedades.

Se llaman enfermedades vectoriales porque son transmitidas por la picaduras de insectos y parásitos, y estos animales son el medio de transmisión de las enfermedades, ya que conducen las bacterias y protozoos de los perros enfermos a los perros sanos a través de sus picaduras

Las enfermedades vectoriales más frecuentes son las siguientes:

• Anaplasmosis

Esta enfermedad que no produce síntomas ni signos clínicos evidentes en su inicio, pero que va deteriorando el organismo que en un estado avanzado se puede apreciar en el animal falta de energía, fiebre alta, inflamación y dolor articular, pérdida de apetito, vómitos y diarreas.

• Enfermedad de Lyme (Borrelia)

También es una enfermedad silente, sin síntomas. Cuando ya está en una etapa avanzada el animal suele presentar cojera, fiebre, inflamación articular, mal funcionamiento de sus riñones, e incluso anorexia.

• Erliquiosis

La sintomatología de esta enfermedad es pérdida de apetito y anemia, depresión, fiebre, dolor articular y mucosas pálidas. Sin el tratamiento adecuado esta enfermedad puede dar lugar a trastornos de coagulación, ceguera permanente e incluso la muerte del perro.

• Babesiosis

Es una enfermedad parasitaria producida por un parásito microscópico que puede llegar a producir la muerte en el perro. Puede transmitirse a las persona, pero cuando una garrapata pica a la persona, nunca a través del perro. Los síntomas en la mascota es fiebre alta, cansancio y orina con sangre.

• Rickettsiosis

La infección en el perro se puede manifestar como una infección subclínica o una enfermedad leve. El principal signos clínico es la fiebre, que puede ser bastante elevada alcanzando los 41ºC. Otros signos que se pueden encontrar son: cojeras anorexia, dolor abdominal, vómitos, diarreas y aumento de los ganglios linfáticos.

Todo esto se previene mediante un análisis anual, es importante durante todo el año usar antiparasitarios externos y revisar periódicamente que no existen garrapatas en su cuerpo.

Enfermedades transmitidas por un mosquito:

• Filariosis (comúnmente conocida como enfermedad del corazón)

Es causada por un mosquito que al picar transmite una larva al perro. Esta larva pasa por diferentes estadíos hasta desarrollarse a adulto y vive en el corazón. Esta enfermedad no presenta síntomas iniciales, y cuando se manifiesta suele aparecer con una ligera tos persistente, intolerancia por parte del perro al ejercicio, cansancio tras  practicar un ejercicio moderado, poco apetito y pérdida de peso.  Sin el tratamiento adecuado esta enfermedad produce una insuficiencia cardíaca y dolencia pulmonar que pueden llegar a provocar la muerte repentina del perro.

• Leishmaniosis

Es una enfermedad que se transmite a través de la picadura de un insecto muy parecido a un mosquito, pero mucho más pequeño, el flebótomo. El tratamiento de la leishmaniosis canina es largo y complicado y sólo resuelve los síntomas. El animal, si es diagnosticado y tratado a tiempo, recupera su calidad de vida, aunque permanece infectado y positivo a leishmania.

 

Los síntomas más comunes de esta enfermedad son lesiones oculares, hemorragia nasal, cambio en piel y pelo, pérdida de apetito y peso, diarrea y vómitos, intolerancia al ejercicio, fiebre, insuficiencia renal (exceso de orina, sed excesiva), uñas anormales (crecimiento muy rápido y muy frágiles). Esta enfermedad se desarrolla principalmente en zonas y lugares secos, pero debido al cambio climático están apareciendo los flebótomos transmisores en zonas de España donde hasta ahora no se habían identificado. El riesgo de contagio existe durante todo el año por lo que es muy importante asegurarse de que el perro está protegido durante todo el año, tu veterinario puede informarte de los distintos métodos existentes para repeler el insecto y sobre todo hacer un análisis a finales del año para descartar la presencia de esta enfermedad, o detectarla cuanto antes para comenzar con el tratamiento pertinente.

Insistimos en lo importante que es una detección precoz de cada una de estas enfermedades, ya que se puede actuar con tiempo, y dependiendo de los casos, curar estas dolencias, o en otros controlar la enfermedad y minimizar sus consecuencias.

Consulta con nosotros cualquier duda que te surja al respecto.