6 agosto 2018

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 agosto 6, 2018
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Categoría: Consejos, Noticias

En los meses de verano son habituales, especialmente en nuestro entorno, el uso de petardos y cohetes durante las fiesta locales, esto genera un gran estruendo que provoca un miedo terrible a los perros. Este animal tiene un rango de audición de 10,000 a 50,000 Hz, (el del ser humano sólo abarca de 16,000 a 20.000 Hz). Su oído es cuatro veces más afinado que el nuestro y puede registrar 35,000 vibraciones por segundo. Por todo esto, cuando un perro oye un ruido enorme sienten una alteración muy grande, miedo y una situación de gran estrés.

Las fobias y los miedos son muy recuentes en los perros y afecta a 1 de cada 2 animales, además pueden causar serias complicaciones que repercutan en su calidad de vida. A medida que pasa el tiempo los perros que tienen miedo a los ruidos pueden relacionar sus temores con otras cosas, como los días nublados, la lluvia, situaciones que le recuerden a la circunstancia que les da miedo, como en este caso podrían ser los truenos.

 

Los perros que tienen miedo a los ruidos fuertes suelen manifestarlo con los siguientes comportamientos:

  • Agitación y temblores
  • No querer separarse de sus propietarios
  • Ladrar en exceso
  • Agazaparse y esconderse debajo de los muebles
  • Intentar escaparse
  • Defecar u orinar en casa
  • Jadear y deambular sin parar
  • Falta de apetito

¿Cómo ayudar a tu mascota?

Desde la semana 3 hasta la 12 de vida los cachorro atraviesan el periodo de sociabilización, el más sensible de su desarrollo y un momento ideal para trabajar con él para evitar que relacione los ruidos fuertes con experiencias negativas, por lo que es recomendable  que de una manera gradual se familiaricen con situaciones nuevas, como son los ruidos fuertes. Es  una buena opción acostumbrar al animal a que los estruendos están relacionados con experiencias positivas.

Se pueden usar grabaciones de ruidos o fuegos artificiales (los puedes encontrar fácilmente en internet), distraer al cachorro con juegos o premios, cuando ya estén distraídos reproducir el sonido a baja intensidad. Si el cachorro no reacciona con intranquilidad y/o miedo ve progresivamente aumentando la intensidad del sonido. De esta manera irá aceptando paulatinamente el ruido y al considerarlo familiar y vinculada con una situación placentera reducirá sus temores.

Además se puede acudir a ciertas ayudas externas, como pueden ser unos comprimidos con componentes naturales que ayudan a relajarse a la mascota y reduce la ansiedad, gracias a su feromona de apaciguamiento canino (DAP) que le transmite tranquilidad y les ayuda a estar más relajados en situaciones que les producen miedo o estrés. Estos comprimidos manifiestan su efectividad a las dos horas de administrarse y tiene una duración de 6 horas. Pueden ser una buena solución, pero es muy importante consultar primero con el veterinario a propósito de estas pastillas y seguir la indicaciones del profesional.

Paralelamente, también es muy recomendable seguir las siguientes pautas en los días de ruidos.

  • Prepara previamente un refugio, un lugar en el que se pueda encontrar seguro, como su transportín o una caja de cartón.
  • Anímale dos o tres semanas antes a usar esta zona segura, ofreciéndole juegos o alimentos que inviten a que entre y se encuentre cómodo allí.
  • Los días que se produzcan los ruidos conviene que se bajen las persianas y se mantenga la zona con poca luz. También es recomendable tener la televisión o la radio encendida para que amortigüe el sonido.
  • Saca a tu perro a pasear por zonas tranquilas donde sea poco probable que tiren petardos.

Igualmente es muy importante que durante estos episodios de miedo te mantengas cerca de tu mascota y con un comportamiento calmado. Es muy necesario que el perro pueda detectar que nuestra conducta es tranquila para que interprete que se trata de una situación normal que no entraña peligro alguno. Realiza alguna actividad rutinaria que pueda atraer su interés y lo desvíe de esa situación que le está causando miedo. También es recomendable que no lo obligues a salir y que te mantengas a su lado. Y sobre todo, nunca muestres enfado, no le regañes y mucho menos lo castigues.

No obstante, si el perro muestra miedos cuando la intensidad de los ruidos es baja, o cuando reacciona a los estímulos que le recuerdan a la situación de petardos, es conveniente consultar con un veterinario etólogo, un especialista en comportamiento que ponga en marcha un programa de habituación a los ruidos.

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